domingo, 3 de noviembre de 2013

¿Hasta que la muerte nos separe?

Por mucho que pasen los años, y la cultura se extienda abriéndose a otras alternativas de ver y sentir la vida en pareja, aún no se ha conseguido una fórmula mágica que augure para siempre la felicidad y/o perdurabilidad de un matrimonio. Sin embargo, existen algunos factores predictores, que aunque nunca con total seguridad, pueden anunciarlo.
Por ejemplo, desde el año 2007, en España se ha producido un descenso de matrimonios y divorcios del 21% y 17% respectivamente y un claro porqué de estos datos es la difícil situación de crisis que atravesamos en los últimos tiempos.
Según un informe de la Asociación Americana de Psicología (APA), refiriendo a datos del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de EEUU, los factores predictores que pueden anunciar un fracaso conyugal son los siguientes: el origen sociocultural, el nivel educativo, la edad a la que se contrae matrimonio, el momento en que se decide ser padre o la existencia de problemas económicos.
La pareja debe ir adaptándose a cada etapa y entender los cambios que cada una demanda, si no surgirán problemas.
Los conflictos que pueden aparecer dentro de una pareja como consecuencia de la diferencia sociocultural y/o educativa, explica el experto, afectan al esqueleto de la pareja. Esto es, los problemas pueden venir cuando el concepto de marido y de mujer que tienen ambos miembros es diferente. Por ejemplo, "hay culturas muy machistas, y el machismo suele estar asociado a un nivel educativo bajo".
Pero esto, no quiere decir que por ser de un nivel educativo diferente o de dos culturas distintas no pueda fundarse un matrimonio, pero "las exigencias comunicativas, negociaciones o renuncias a nuestros esquemas mentales son mucho mayores ya que serán mucho mayores nuestros choques o conflictos", aclara.
Por otro lado, hay que tener en cuenta también la edad en la que se hayan dado el sí quiero. En caso de hacerlo muy jóvenes, explica Torres, el ciclo vital individual entra en conflicto con el ciclo vital de la pareja, ya que el objetivo de una persona joven (aprender, encontrar un trabajo, conocer gente) dista mucho de las necesidades de un matrimonio, como la crianza de los hijos. "Si ambas chocan pueden generar problemas", apunta.
Otro de los factores, son las cuestiones económicas, ya sea por escasez o incluso en las diferencias que puedan surgir a la hora de manejar la economía matrimonial.
En terapia, reconoce Torres, te das cuenta de que parejas con todo en contra salen adelante, y que parejas con todo a favor, no. Realmente, no existen recomendaciones para un matrimonio perfecto, pero si claves para tener una buena salud marital.
Las relaciones sexuales y todo lo que conlleva son indispensables dentro de la pareja. "Es importante la comunicación entre ambos, que es lo fundamental de todo".
La transparencia, el no evitar los conflictos, hablar aunque a veces sea doloroso y resolverlos. "Toda discusión que no se cierre, se guarda y sirve de metralla para el siguiente encontronazo", comenta. El conflicto es lo normal, el conflicto es sano, la discusión es el camino para crecer y avanzar y "mostrar opinión o emociones, es lo que garantiza que estoy en un matrimonio donde puedo expresar lo que pienso y lo que siento. Pero igual de importante es discutir, como resolver el problema", insiste Torres.
Y por último, tener un proyecto de vida en común: "Un proyecto vital en pareja, aunque en este haya algunos desencuentros, tiene más posibilidades de alcanzar felicidad ". Además, concluye el experto, "esto es sinónimo de pertenencia, de sentirte partícipe a lo que los dos tenemos hace que mantengas la ilusión y las ganas de compartir tus esfuerzos para conseguirlo".

Periódico elmundo.es 2013-11-03

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