Según varios estudios, se ha visto que la
mujer sufre una serie de cambios físicos y hormonales que hacen mella en su
deseo sexual (la prolactina, hormona que interviene en la producción de la
leche materna) y, por ende, en las relaciones sexuales de la pareja, pero ¿qué
pasa con los hombres? En ellos también hay un cambio importante, que tiene más
que ver con las circunstancias sociales.
El hombre se encuentra en una situación
respecto a su pareja que le desorienta. Por una parte le cuesta comprender
porque su mujer le rechaza tener relaciones con él y no sabe que rol tiene en
el nuevo triángulo que se ha formado, y cómo encaja el rol de compañero sexual
con el de pareja y padre.
El hombre, tiene dudas sobre si es
adecuado física o éticamente tener relaciones sexuales poco tiempo después tras
el parto (por supuesto debemos aclarar que no hay absolutamente ninguna
contraindicación para mantenerlas pasada la cuarentena). Por este motivo cede
la iniciativa sexual a su pareja para no contrariarla, pero el resultado es que
la mujer no se siente deseada por él.
El estrés, los nuevos horarios y organización hacen disminuir la frecuencia en las
relaciones en los nuevos papás. "El cansancio que provoca la
cantidad ingente de nuevas tareas inhibe el deseo sexual (también en los
hombres, es un mito el que éste siempre tenga deseo sexual).
Hay que aceptar, insiste esta
especialista, la especial relación de la madre con el bebé y hablar de lo que
supone para el hombre y poder así manejar sus sentimientos de exclusión con
naturalidad para que no impida que él pueda desarrollar su paternidad. La mujer
debe permitir ese lugar, y madurar juntos en este nuevo papel. El hombre que
asume su paternidad, acompañará a la mujer en su adaptación física y
psicológica, favoreciendo el amor entre los dos y aumentando su propia
complicidad. Poco a poco, la situación volverá a la normalidad.
El periódico Elmundo.es 2013-08-28
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