Un proyecto financiado por una ONG intentará acabar con el absentismo
escolar de 24.000 menores. Serán sobre todo mujeres. Irán a los barrios más
pobres de Río de Janeiro en busca de los 24.000 niños de seis a catorce años
que aún no van a la escuela. Según la ley, a partir de los seis años deberían
estar escolarizados, pero ni siquiera el Gobierno sabe por qué faltan a clase.
Se supone que pertenecen a familias muy pobres en las que ellos trabajan
vendiendo chucherías en la calle, que viven lejos de la escuela, o incluso que
algunos son menores con deficiencias físicas o psíquicas a los que los padres
prefieren dejar en casa.
La idea de las autoridades de la capital
carioca es que para 2016, fecha de la celebración de los Juegos Olímpicos, ni
un niño esté fuera de la escuela. El proyecto Alumno Presente, que se pondrá en marcha a partir del mes
próximo, contará con el apoyo de voluntarios y será financiado fundamentalmente
por la ONG Educación Above All (Educación por encima de todo, que sufraga el gobierno de Catar.
Las protagonistas serán mujeres con
experiencia como vendedoras a domicilio de perfumes y cremas, ya que son
conocidas y mejor recibidas por las familias. La intención no es solo
convencerlas de llevar a los niños a la escuela, sino estudiar, caso por caso,
los motivos y buscar ayudas económicas, logísticas o incluso psicológicas.
La fundadora de la ONG y esposa del emir de
Catar ha destacado en Río que en su visita quiso aprender cómo Brasil ha
conseguido que más del 90% de los menores, aún de las clases más bajas, vayan a
la escuela. La Bolsa Escuela, creada por el Gobierno de Fernando Henrique
Cardoso, ofrecía una ayuda económica a las familias que enviasen cada día a los
niños a clase. De lo contrario, perdían la beca. El proyecto culminó en la
Bolsa Familia actual, creada en el mandato de Lula y que continuó con Dilma
Rousseff. Esta beca asiste a 12 millones de familias y ha sido una de las
iniciativas que, junto con la creación de empleo y el aumento del salario base
anual, han contribuido a sacar a 30 millones de brasileños de la pobreza
absoluta.
El reto de Rousseff es ahora acabar con los
13 millones que aún sufren las garras de la miseria. Ella misma ha dicho que
“un Brasil rico es un Brasil sin miseria”.
El periódico elpais.com 2013-09-24
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