Una buena postura para dar el pecho para
que el bebé pueda succionar bien y para que la madre no padezca dolores de
espalda. Tardarás unos días en aprender en que postura estás los dos (o los
tres si quieres dar el pecho en tándem) más cómodos.
La postura más clásica es la denominada
postura de la “Madona”. Si vas a darle del pecho derecho, sitúa la espalda del
bebé sobre el antebrazo derecho y pon la mano debajo del culito. La barriga del
bebé estará contra la tuya y los pies le colgaran por el lado del otro pecho.
Apoya el brazo o el codo derecho sobre un cojín, para que esté bien apoyado. La
inclinación de la cabeza del bebé se regula con el antebrazo derecho. Debe
rozar su mentón tu pecho y su nariz reposa sobre tu pezón. Una variante de esta posición es colocar al bebé de forma
inversa, con los pies hacia el otro lado. Esta variante no es tan frecuente
pero puede ser útil si el bebé rechaza, por la razón que sea, mamar de un
pecho. Si se le coloca en el pecho que rechaza del mismo modo en que mama del
otro, es posible que lo acepte.
La postura del “balón de rugby”: es
una postura muy utilizadas por las mamás que les han practicado una cesárea,
debido a que el bebé no descansa sobre la barriga y no sienten molestias en la
herida. Se coge al bebé sobre tu costado a la altura de tu cintura y sujetando
su cabecita como se tratara de un balón der rugby. La nuca del niño debe
descansa sobre la palma de la mano opuesta. Por lo que el cuerpo del bebé queda
por debajo del brazo de la madre y sus pies apuntan a la espalda.
La postura del “caballito”: la madre
sentada pone a su hijo sobre una de sus piernas (el bebé cara a cara), de forma
que sus piernecitas queden a ambos lados de tu pierna. Esta postura es muy
eficaz en bebés que tienen problemas de agarre. Es importante introducirle el
pecho con el pezón señalando al paladar del bebé.
La postura “en paralelo”: la madre tumbada
de un lado (ej. el derecho), el bebé tumbado del otro lado (ej. el izquierdo).
Tanto las piernas del bebé como las de la madre quedan estiradas hacia el mismo
lado. Es una postura muy cómoda y muy utilizadas por las mamás que sienten
todavía molestias por la episiotomía o por una cesárea. También facilita el
descanso, por lo que se suele utilizar para las tomas nocturnas.
La postura “en paralelo
inverso”: es la misma postura que la anterior, pero los pies del bebé quedan
hacia el lado contrario que los pies de la madre. Es menos frecuente, peor muy
útil si padeces de una obstrucción de los conductos superiores del pecho.
La postura “a cuatro patas”:
el bebé tumbado estirado boca arriba, la madre se pone a cuatro patas con los
pies hacia el lado contrario que los pies del bebé. Esta postura es muy
incómoda y no muy buena para la espalda de la madre. Por lo que sólo se suele
utilizar para tratar obstrucciones o mastitis en los conductos de la parte
superior del pecho.
Elegir la postura que más os guste, pero
recordar que es importante alguna vez cambiar de postura. Porqué muchas veces
se obstruyen conductos que no se vacían bien si gastamos siempre la misma
postura y cambiando de postura conseguimos vaciarlos y evitamos las
obstrucciones. El principal problema de las obstrucciones, además del dolor, es
que pueden derivar en una mastitis.
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