viernes, 13 de septiembre de 2013

Los libros digitales se instalan con polémica en las aulas.

Los alumnos están muy familiarizados con el uso de las tabletas en su vida diaria por lo que asumen el cambio con mucha naturalidad. El aprendizaje no es más rápido pero si más motivador. Otra ventaja es que ya no tendrán que ir al colegio cargados de libros, sólo su Tablet.
Los padres manifiestan sus reparos con la brecha digital que existe y sobre si el funcionamiento de los libros electrónicos será igual de eficaz en los colegios rurales que en los urbanos. También está su preocupación acerca de la wifi, sobre la emisión de sus radiaciones y estudios que aseguran que son muy perjudiciales contradicen a otros que dicen que son inofensivos para la salud. Tampoco saben que software se utilizaría ni en qué cuantía sufragaría el Ministerio de Educación el coste de las licencias de los contenidos. También temen que sus hijos puedan conectarse a internet fácilmente y entrar a contenidos inadecuados.
Tampoco pasan por alto las advertencias de los Colegios de Ópticos-Optometristas, que aseguran que el uso diario de las tabletas electrónicas en las aulas «está provocando un incremento del número de estudiantes con problemas visuales».
Respecto al coste, los padres muestran diversidad de opiniones. Sin embargo, los expertos aseguran que el ahorro frente al libro es palpable. «Es cierto que hay una inversión inicial al comprar el iPad, que en función de las modas o exigencias de los padres puede variar entre 100 y 300 euros, pero ese modelo les servirá para cursos posteriores. La licencia de los contenidos supone unos 150 euros, lo que se traduce en un ahorro de 200 a 300 euros respecto al libro de papel.

El mundo.es 2013-09-12

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