Estas bebidas energizantes (que contienen cafeína y taurina) son un excitante del sistema nervioso que conlleva riesgos con dosis no muy altas para el consumidor, dos latas. Y el riesgo se incrementa si se mezclan con el alcohol, ya que se mezcla un excitante del sistema nervios con un depresor del sistema nervioso. Una práctica bastante habitual entre los jóvenes que quieren que nos les falte energía para pasar la noche y evitar los molestos efectos de la resaca. Las bebidas energéticas, que no son recomendables para niños y embarazadas (como indican en su lata), tampoco lo son para diabéticos y personas con problemas de corazón o hipertensos. En el Hospital de Sabadell han registrado una aumento de ingresos de jóvenes que habían ingerido bebidas energéticas con o sin mezclarlas con alcohol y presentaban cuadros de taquicardias y temblores.
El periódico La Vanguardia 2013-09-19
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