En el año 2008, los
resultados preliminares de un estudio que se estaba llevando a cabo en
Sudáfrica con niños seropositivos
mostraban que iniciar la terapia antirretroviral de forma temprana en
recién nacidos conseguía reducir la mortalidad en un 76% y la progresión de la
enfermedad en un 75%. En cambio, dilatar el comienzo del tratamiento sólo
arrojaba consecuencias negativas.
Dos años después, la
Organización Mundial de la Salud cambiaba sus recomendaciones para que, en
lugar de tener en cuenta el estado inmunológico de los pequeños o su situación
clínica, se iniciase el tratamiento con antirretrovirales en todos los pequeños
seropositivos menores de dos años.
La revista 'The Lancet' ha
publicado los resultados finales de aquel estudio y sus datos vuelven a apoyar
la efectividad de iniciar de forma temprana la atención farmacológica en
los niños con VIH. Aunque este punto debe ser corroborado por nuevos análisis,
la investigación sugiere que interrumpir temporalmente la terapia después
de un inicio temprano es efectivo, seguro y no favorece la progresión rápida de
la enfermedad.
Este importante hallazgo
indica que se podría parar de forma temporal el tratamiento y evitar a los
niños los efectos tóxicos de los antirretrovirales durante un tiempo,
siempre que se pueda realizar un seguimiento cuidadoso. Todavía esta hipótesis
debe ser ratificada. El problema surge que aunque se demostrara la mayor parte
de niños afectados no se verían beneficiados; ya que el 90% de los niños con
VIH viven en el África Subsahariana donde no hay recursos para hacer un
seguimiento cuidadoso (monitorización tanto clínica como inmunológica, para
asegurar la detección temprana de la progresión e la enfermedad y
restablecimiento del tratamiento si es necesario.
El mundo.es 2013-09-02
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