Una de las
experiencias más traumáticas que pueda sufrir una persona es perder al hijo que
espera durante la gestación o al poco de nacer. Es un trance muy duro, aunque
tampoco es fácil para los profesionales sanitarios. ¿Cómo trasladar la mala
noticia a los padres? ¿Qué decir y qué no decir? ¿Es bueno enseñar el pequeño a
los progenitores? Pese a que cada vez es mayor la sensibilidad y los esfuerzos
por parte de los trabajadores y de los propios hospitales a la hora de hacer
frente a estas situaciones, las asociaciones de apoyo a madres y padres que han
sufrido muertes perinatales y neonatales reclaman la generalización de guías de
actuación y de formación en todos los centros españoles para atender estos
casos adecuadamente.
La última llamada
de atención tuvo lugar el sábado pasado, con una suelta de globos en Madrid,
Barcelona, Alicante y otras ciudades. Bajo el lema Rompamos el silencio: este
duelo existe, las entidades Umamanita, Petits amb llum y Superando un Aborto se
sumaron de esta forma a la campaña internacional de sensibilización por las
muertes perinatales, neonatales y por abortos espontáneos que pretende promover
el reconocimiento social ante este tipo de pérdidas. Además, reclamaron que se
extienda la atención más allá de los cuidados hospitalarios inmediatos (por
ejemplo, la ayuda psicológica) o el reconocimiento de días de permiso laboral
tanto para el padre como para la madre, entre otros aspectos.
¿Qué hacer y qué no hacer ante una muerte
perinatal?
Respetar las necesidades que expresan las
mujeres y sus acompañantes y ofrecerles espacios y tiempo de intimidado, la
posibilidad de ver y estar con su bebé y abrazarlo si lo desean, así como
respetar su decisión de no hacerlo.
Ofrecer la posibilidad de conservar
recuerdos.
Referirse al bebé utilizando su nombre. Dar
una explicación y responder a las dudas todas las veces que sea necesario.
Involucrar a la madre y su pareja en las
decisiones sobre el destino del cuerpo del bebé.
Ofrecer ayuda psicológica. No minimizar el
dolor, permitir expresarlo sin juicio, mediante escucha empática.
Asesorar a la madre sobre la inhibición de
lactancia.
El volumen de casos
es notable y se mantiene constante año tras año. Los datos del Instituto
Nacional de Estadística de 2011 apuntan a 1.527 muertes gestacionales en el
periodo perinatal (a partir de la semana 22 de gestación) y 645 fallecimientos
neonatales precoces (entre uno y seis días después del alumbramiento). Estos
son los números oficiales, pero las asociaciones sostienen que existe una elevada
tasa de infradeclaración (especialmente en muertes intrauterinas), que
acercaría el número de casos a los 3.000.
El periódico elpais.com 2013-10-22
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