Cada noche experimentamos literalmente un auténtico
"lavado de cerebro", una operación de limpieza
indispensable para estar bien despiertos y funcionar a pleno rendimiento al día
siguiente. Lo acaba de descubrir un equipo de investigadores de la Universidad
de Rochester y se publica en el último número de la revista “Science”. Cuando caemos en brazos de Morfeo
las células de nuestro cerebro se «encogen» y dejan mayor espacio libre entre
ellas para que el líquido cefalorráquideo (LCR) encargado de la limpieza pueda
fluir con mayor facilidad a través del tejido cerebral. A su paso este fluido
arrastra todas las sustancias de desecho que las células han generado durante
el día.
En el
cerebro las tareas de limpieza son incompatibles con un buen procesamiento de
la información durante el día. El cerebro dispone de
energía limitada y parece que tiene que elegir entre dos estados funcionales:
despierto y consciente o dormido y realizando tareas de limpieza.
Se sabía que durante el sueño se llevan a
cabo las tareas de eliminación de sustancias nocivas acumuladas durante el día,
producto del metabolismo celular, pero se desconocía el mecanismo exacto: Se
pensaba que tenía lugar mediante procesos de recaptación activos, que requieren
energía. No se había pensado en la posibilidad de que el espacio extracelular se hiciera más grande y la limpieza se llevara a cabo por un proceso de lavado muy básico y muy
simple.
Este
sistema de limpieza lo lleva a cabo el sistema «glinfático», descubierto previamente por el mismo equipo de investigación. Se
trata de una especie de sistema linfático «autonómico» del cerebro El equipo de
Nedergaard descubrió que hay un segundo sistema de limpieza más rápido en el
que las células gliales (distintas de las neuronas) desempeñan un papel
importante. Estas células forman canales a lo largo de la parte externa de los
vasos sanguíneos del cerebro y ayudan a regular el flujo de fluido en el canal.
Este sistema es diez veces más activo durante el sueño.
Este hallazgo tiene también implicaciones
en el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas. La eliminación
puntual de desechos en el cerebro es crucial cuando se acumulan proteínas
tóxicas como la beta-amiloide, implicada en la enfermedad de Alzheimer, que se
sabe que se elimina el doble de rápido durante la noche. Y no sólo en esta
patología, en casi todas las neurodegenerativas están implicadas proteínas
defectuosas que se acumulan en el espacio que queda libre entre las células
impidiendo el normal funcionamiento del cerebro.
El periódico
abc.es 2013-10-18
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