Así lo confirma el doctor Ferran Morell,
catedrático de Neumología y principal autor de un estudio elaborado en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona que hoy sale publicado en la prestigiosa revista científica británica «The Lancet Respiratory Medicine».
Un grupo de investigadores de este hospital
y de su servicio de Neumonología ha demostrado que la exposición a edredones
y/o almohadones de plumas naturales,
así como también a aves y hongos en cantidades mínimas pero persistentes es una
de las causas de la fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad
reconocida en 1940 y de la que no se sabían las causas. Lo que sí se conoce es
que los pulmones se fibrosan (cicatrizan y pierdan elasticidad) y sus primeros
síntomas son tos y ahogos. Afecta a 10.000 personas en España, tiene un
pronóstico de supervivencia de entre 3 y 5 años y para combatirla no hay más tratamiento que el
trasplante pulmonar, que no es aplicable a todos.
El
estudio, que revolucionará los métodos de diagnóstico y tratamiento de la
enfermedad, se realizó en Vall d’Hebron entre 2004 y 2011 en 60 pacientes que
sufrían esta fibrosis y que, al adaptarlos a la normativa internacional de
2011, quedaron en 46. los resultados han llegado tras una ardua investigación
que incluyenuevas pruebas diagnósticas,
además de las que habitualmente se utilizan para detectar la enfermedad (escáner
pulmonar), así como visitas al domicilio y lugar de trabajo de los pacientes.
Una nueva metodología que en parte deberá ser adoptada como preceptiva desde
ahora en todos los centros del mundo.
En la visitas al domicilio o al trabajo de
los pacientes se realizaron mediciones en el aire para localizar fuentes de
antígenos conocidas como causantes de fibrosis pulmonar, tales como algunos
hongos (Penicillium y Aspergillus) plumas o isocianatos, un compuesto utilizado
en la industria (por ejemplo, automovilística) para fabricar, plásticos,
espumas o pinturas.
Tras conseguir los extractos antigénicos,
procedentes de las diversas materias, los investigadores buscaron en el suero
de los pacientes para detectar si la presencia de antígenos en el ambiente había propiciado que desarrollaran anticuerpos IgG
(inmunoglobulina G), como defensa. Y así fue. «Son anticuerpos distintos a los
que provocan las alergias, que son inmunoglobulina E», matiza Morell, que de
esta forma precisa la naturaleza de la enfermedad.
Llegados aquí, la pregunta es obligada.
¿Dormir con edredones provoca
indefectiblemente fibrosis pulmonar? «Lo que hemos hecho es identificar un factor de riesgo en la fibrosis pulmonar idiopática, las plumas. Pero hay que destacar
que esta enfermedad, como muchas es resultado de una combinación de factores ambientales y de predisposición genética»,
explica. El problema aquí es que no se ha avanzado aún en codificar aquellos
genes que pudieran ser decisivos en el desarrollo de la fibrosis pulmonar
idiopática. De ahí la importancia de identificar, al menos, algún factor
ambiental, de exposición, argumenta Morell.
El periódico abc.es 2013-10-21
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