jueves, 17 de octubre de 2013

La dieta nos hará jóvenes.

La lucha del ser humano por evitar lo inevitable como cumplir años o hacerse viejo se traduce en la introducción de alimentos como los cítricos –las naranjas y los kiwis tienen mucha vitamina C–, que retrasan la pérdida de células; el café, los frutos secos, el pan integral, el brócoli o verduras como la remolacha o la zanahoria. Todos contienen beneficios que retrasan nuestro deterioro orgánico, pero, dependiendo de la edad, el cuerpo nos pide diferentes alimentos. Son los denominados productos antioxidantes, que, en realidad, como apunta la investigadora del CSIC, deberíamos introducir en nuestra dieta desde que somos pequeños. «El consumo de fibra, por ejemplo, se debe incrementar con la edad». Verduras y frutas son imprescindibles para adquirir la fibra que nuestras células necesitan. Por otro lado, «los niños no deben acostumbrarse a la sal y al azúcar porque cuando sean algo mayores los reclamarán». Un error dietético que solemos cometer todos es igualar los quesos a los lácteos y, a pesar de que ambos contienen leche, la grasa de los primeros no es recomendable en la alimentación de los niños que están creciendo. Las proteínas de origen animal ayudan a nuestro desarrollo temprano, pero superada la época dorada de los 30, son perjudiciales, nuestro metabolismo no es capaz de asimilarlas, de ahí que los expertos prioricen el consumo de frutas y verduras frente a las carnes y los quesos. Y es que de las 2.000-2.500 calorías que necesitamos durante la infancia, se reducen a cerca de 1.500 cuando somos ancianos. Las enfermedades que pueden derivar del mal consumo de alimentos no es más que otro reflejo del envejecimiento. La falta de actividad es la que obliga a reducir las raciones de comida, mientras que productos como las nueces, avellanas y almendras mejoran el rendimiento intelectual de los mayores. Un estudio realizado en perros hace unos años en la Universidad de California-Irvine reafirma esta idea: «Descubrimos que los perros viejos que siguieron una dieta basada en antioxidantes realizaban mejor las pruebas de memoria que los que no la tuvieron. No podemos evitar el envejecimieto, pero sí se puede retrasar la llegada de la temida arruga.

El periódico larazon.es 2013-10-17

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