«Es una de las enfermedades más frecuente
que existe», señala el
director de Relaciones Institucionales de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). El
resfriado común es el responsable de casi 40 millones de días laborables
perdidos al año y aunque se manifiesta en cualquier estación, se mueve a sus anchas en otoño e
invierno.
«El mayor número de casos de resfriados
durante la estación de frío podría atribuirse en parte a la mayor cantidad de personas que están
en lugares cerrados y en contacto estrecho» (oficinas,
guarderías, colegios, transportes, centros comerciales...), considera el
neumólogo. El frío deteriora los
mecanismos de defensa de las mucosas facilitando el desarrollo de los virus,
que se desarrollan mejor en ambientes de poca humedad, y la sequedad vuelve más
vulnerables a las fosas nasales.
Los cambios bruscos de temperatura, el
frío, la sequedad excesiva, el tabaco, la contaminación, las concentraciones de
personas, los lugares cerrados poco aireados, la bajada de defensas... son
tantos los factores que favorecen su aparición que resulta
imposible hallar refugio frente a este tipo de infección.
Todas aquellas situaciones que alteren las mucosas respiratorias y faciliten la
transmisión aérea entre personas son los desencadenantes más frecuentes», resume el experto de la SEPAR.
Mantenerse lejos de otras personas que
estén resfriadas, evitar los cambios bruscos de temperatura y los ambientes muy
secos, beber líquidos o no fumar pueden reducir el riesgo, así como lavarse las manos a menudo.
Entre uno y tres días después de haber
estado en contacto con el virus se aprecian
Poco se puede hacer para frenar entonces el
resfriado, que de media dura una semana. «No hay cura», recuerda el neumólogo antes de resaltar que «los antibióticos no ayudan a tratarlo y no
deben ser utilizados ». Los medicamentos que se emplean ayudan a aliviar los síntomas, pero «no hacen que el resfriado se cure
más pronto».
El periódico elabc.es 2013-10-24
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