Sus síntomas son fáciles de detectar: facilidad para distraerse, incapacidad
para realizar tareas sencillas que perfectamente saben hacer, facilidad para
entretenerse con nimiedades… Es el trastorno por déficit de atención (TDH),
provocado por un funcionamiento erróneo del cerebro y una maduración o grosor
cerebral menores a los habituales.
«El problema es que la conectividad entre
áreas del cerebro falla», explica el doctor Cesar Soutullo, del departamento
Psiquiatría y Psicología médica de la Clínica Universitaria de Navarra. «La
zona anterior del cerebro es como el piloto de un coche: se focaliza en lo que
tenemos que hacer, mientras que la posterior es el copiloto, que indica los
obstáculos que pueden surgir».
En los niños con TDH esa comunicación no
existe y, por lo tanto, si reciben alguna distracción mientras estén ocupados
con la tarea perderán la concentración
y no podrán terminarla. Por ello, el fracaso escolar entre los que la
padecen es muy elevado.
El periódico abc.es 2013-10-21
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