lunes, 21 de octubre de 2013

Células madre obtenidas de la piel combaten la destrucción neuronal.

La muerte neuronal provocada por enfermedades como la esclerosis o la demencia a menudo está escrita en los genes en forma de mutación. Sin embargo, investigadores de la Universidad John Hopkins (EEUU) han demostrado que es posible bloquear esta destrucción mediante la utilización de células madre generadas a partir de la piel.
"Hemos usado células de pluripotencia inducida obtenidas de la dermis de pacientes con esclerosis lateral amiotrófica", explica Jeffrey D. Rothstein, uno de los autores del estudio, publicado esta semana en la revista Neuron.
Según anteriores trabajos, alrededor del 40% de los pacientes con una variedad heredada de este tipo de esclerosis y al menos el 10% de los que la desarrollan espontáneamente tienen una mutación en el gen C9ORF72, la misma que aparece frecuentemente en personas con demencia frontotemporal, la segunda forma más común de esta enfermedad después del alzhéimer.
Los científicos seleccionaron dentro de un banco de células madre las de los pacientes con el trastorno degenerativo que además poseían esta alteración responsable de la repetición anómala de una secuencia de ADN contenida en dicho gen y, en consecuencia, de la producción de un exceso ARN.
A partir de estos hallazgos, los investigadores pudieron diseñar un compuesto que actúa uniéndose como un velcro al material genético mutado. Así evita que se produzcan series de ARN defectuosas y permite que la célula se desarrolle adecuadamente.
"Con la tecnología iPS podemos tratar a los pacientes que presenten una mutación concreta. Es una terapia cerebral personalizada".
Según el investigador, este tipo de medicamentos tan específicos se desarrollan a menudo para el cáncer, pero "es la primera vez que se aplican en neurología". De hecho, el campo de las enfermedades degenerativas sigue teniendo "la mayor tasa de fracaso de todos los ensayos clínicos".
Los investigadores señalan que el próximo paso será comenzar con los ensayos clínicos en personas y, posteriormente, planean analizar la médula espinal de pacientes con esclerosis para encontrar proteínas que puedan servir como indicadores del buen funcionamiento de los fármacos.

El periódico larazon.es 2013-10-21

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