A menudo, los medios de comunicación retratamos la figura del cuidador
como un familiar entregado al cuidado de un enfermo, y a menudo se habla de sus
problemas crónicos de salud y el estrés asociado a esta carga. Sin embargo, un
amplio estudio americano le da ahora una vuelta a la tortilla y concluye que
estas personas pueden tener incluso una mayor esperanza de vida que la
población general.
Sin embargo, ampliando el foco a otro tipo
de situaciones y enfermedades crónicas que requieren de la asistencia diaria de
un familiar cercano, investigadores de la Universidad Johns Hopkins, acaban de
descubrir algunos efectos inesperados y sorprendentes, de la figura del
cuidador, sus descubrimientos han sido publicados en la revista “American
Journal of Epidemilogy”.
Para su análisis, evaluaron a 3.000
cuidadores (de un programa social estadounidense) y los 'emparejaron' con otras
3.000 personas de su misma edad, sexo y condición, pero que no ejercían como
cuidadores. Tras un seguimiento de seis años, los científicos concluyeron que las personas que ejercen
habitualmente como cuidadoras disfrutan de una supervivencia un 18% superior y
calculan esta ventaja en unos nueve meses de esperanza de vida por encima de
los no cuidadores.
Apuntan a varias posibles causas para
explicar este fenómeno. Podría ser, sugieren, que las personas que ocupan el rol de cuidador en una familia sean
precisamente las más activas y sanas, lo que explicaría su mayor supervivencia. Sin embargo, no
descartan que el hecho de ocuparse de alguien querido también reporte algún tipo de beneficio
psicológico.
"Podría ser que reciban esos 'beneficios' en forma de reconocimiento, de
autoestima o de gratitud por parte del paciente a quien cuidan", sugiere
el doctor David Roth, uno de los autores de este análisis.
El periódico elmundo.es
2013-10-21
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