miércoles, 23 de octubre de 2013

La innovación, motor contra la pobreza.

Ignasi Carreras, ex director general de Intermón Oxfam y director del Instituto de Innovación Social de Esade, cita como ejemplo el acuerdo al que llegaron el banco social de microcréditos Grameen y la empresa Danone para desarrollar un producto con alto poder nutritivo a un precio bajo. Este acuerdo dio como resultado la creación de un yogur que contiene el 30% de las necesidades de vitamina A, cinc y sodio por persona al día, y que se vende en las zonas rurales de Bangladesh por 0,06 euros. En este país hay más de 160 millones de habitantes y el 56% de la población está malnutrida, según datos de Naciones Unidas. “Se trata de aportar a las familias algo que genera un cambio radical. Además, utiliza plantas de la zona y la comercialización la hacen mujeres que han recibido ayudas para crear una empresa. Al desarrollar la tecnología para crear este producto, Danone vio que había creado una nueva gama que podía comercializar también en otros países, como India o Polonia, donde ya se vende una barra de cereales barata y de alto poder nutritivo”.
La sanidad es uno de los campos en los que se están poniendo en marcha iniciativas más interesantes. Una de ellas partió de Embrace Global, una entidad sin ánimo de lucro estadounidense creada por exalumnos de la Universidad de Stanford. El equipo de Embrace Global buscaba una alternativa para las incubadoras tradicionales, que resultan demasiado caras para muchos países en desarrollo. Analizando los datos disponibles, llegaron a la conclusión de que la mayor parte de los prematuros lo eran por nacer solo entre 15 días y un mes antes de lo debido. Es decir, que no requerían un nivel de aislamiento similar al de los bebés prematuros nacidos varios meses antes de que la madre salga de cuentas. Se trata de bebés que, en esencia, solo necesitan calor y un espacio protegido.
Embrace Global dio con una solución de bajo coste, portátil y fácil de esterilizar: un pequeño saco de dormir que cuesta unos 25 euros, el 1% de lo que vale una incubadora. Se creó pensando sobre todo en hospitales y centros de salud, pero su precio y fácil portabilidad ha hecho que también lo puedan utilizar muchas familias. Aunque no aísla como una incubadora, el pequeño saco aporta a los bebés el calor que requieren y les permite permanecer en un espacio que se puede esterilizar a menudo.
Ashoka selecciona a emprendedores sociales y les da un sueldo-beca mensual durante tres años para que desarrollen su proyecto. En España se ha becado a 23 personas. De los proyectos que han apoyado en el mundo, Zapata calcula que unos 200 están enfocados a desarrollar tecnología para el desarrollo. Uno de los proyectos de españoles apoyados por esta organización es el de Andrés Martínez. Lo explica Zapata: “Está destinado a transmitir ecografías a través de la red para el diagnóstico. Permite que técnicos de salud de menor cualificación que trabajan en lugares donde no hay médicos realicen ecografías a través de un ordenador conectado a un ecógrafo y las transmitan. Así se consigue distinguir si el paciente debe ser tratado de una neumonía o de un catarro, o posibles complicaciones de un parto”.
Otro de los proyectos que ha apoyado Ashoka, promovido por el emprendedor Bright Simons, de Ghana, está destinado a luchar contra las medicinas falsas en África, en concreto, está implantándose en su país. Mediante el móvil se saca una foto al código del producto, se envía y en segundos se tiene la respuesta de si es válido o no. Se calcula que entre el 40% y el 50% de las medicinas que se venden en África son falsas, hay un mercado negro que fabrica medicinas que no curan. Y en algunos países, como Nigeria llegan a ser el 80% de las que se venden, según la Interpol, señala Zapata.

El periódico elpais.com 2013-10-23

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