viernes, 18 de octubre de 2013

Un estudio asegura que las galletas Oreo son tan adictivas como la cocaína.

Las galletas Oreo son tan adictivas como la cocaína, al menos en ratas, asegura un estudio realizado en la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos, que sostiene que el consumo de estas galletas de chocolate con relleno cremoso activan más neuronas en el «centro del placer» del cerebro que la adictiva droga. Y los experimentos mostraron que, igual que lo hacen los seres humanos, los ratas comienzan devorando el relleno de la galleta.
La investigación, como explica el autor del estudio, el profesor de psicología y neurociencia conductual, Joseph Schroeder, fue diseñada para analizar la potencial adicción de los alimentos altos en grasas y azúcares. Y lo que se encontró, dice, fue que «las ratas formaron una asociación igualmente fuerte entre los efectos placenteros de comer Oreos y un ambiente específico, igual que lo hicieron con la cocaína y la morfina y un ambiente específico».
«Nuestro estudio apoya la teoría de que los alimentos altos en grasas y azúcares estimulan el cerebro de la misma forma que las drogas», explica el investigador. «Esto podría explicar por qué algunas personas no pueden resistir este alimento a pesar de que saben que es malo para su salud». Schroeder agrega que el verdadero peligro para la salud es que, a diferencia de las drogas, las galletas ricas en grasa y azúcar están disponibles al público.
El estudio surgió porque los investigadores estaban interesados en analizar cómo la prevalencia de los alimentos altos en grasas y azúcares en los barrios de bajos ingresos contribuía a la epidemia de obesidad en el país. «Elegimos las galletas Oreo no sólo porque son las favoritas de los estadounidenses -y también son muy sabrosas para las ratas-, sino también porque los productos que contienen altas cantidades de grasa y azúcar son agresivamente promocionadas hacia las comunidades de los menores niveles socioeconómicos», afirma Jamie Honohan, otro de los autores del estudio.
Para probar los niveles de adicción de estos compuestos los investigadores decidieron analizar las galletas Oreos y con éstas medir la asociación entre «la droga» (la galleta) y el ambiente (el nivel socioeconómico).
«Esto confirma nuestros resultados conductuales y apoya la hipótesis de que los alimentos altos en grasas y azúcares son adictivos», expresa el investigador. Y lo más problemático, agrega, «es que estos alimentos altos en grasas y azúcares pueden ser incluso más peligrosos (que las drogas) debido a su enorme disponibilidad y accesibilidad».

El periódico abc.es 2013-10-18

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