Tal vez porque Reino Unido tiene la mayor tasa de embarazos
adolescentes de toda Europa occidental, es allí también donde se concentra la
mayor parte de la investigación sobre las secuelas que tiene (tanto para las
madres como para su hijos) dar a luz a edades tempranas. El último análisis de
este tipo se acaba de publicar en la revista “Archive of Disease in Childhood” y aborda el
desarrollo cognitivo de los hijos de madres adolescentes.
Investigadores de la Universidad de Oxford
(en colaboración con colegas canadienses) han analizado una amplísima base de
datos de casi 19.000 niños nacidos en todo el Reino Unido entre 2000 y 2001.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
calcula que cada año dan a luz en todo el mundo alrededor de 16 millones de jóvenes
de entre 15 y 19 años y otras dos millones
menores de 15 años, el 95% en países de medianos y bajos impresos. En España,
según datos del INE para el año 2012, casi 6.000 mujeres dieron a luz antes de
los 18 años.
Inicialmente, y usando escalas cognitivas
bien conocidas en psicología, los hijos de madres adolescentes puntuaron peor
en una serie de parámetros, como las habilidades verbales, no verbales y
espaciales. Concretamente, los investigadores calculan que estos niños tienen
un retraso de 11, siete y cuatro meses respectivamente en la adquisición de
estas habilidades en comparación con niños de su misma edad nacidos de madres
mayores.
Sin embargo, cuando empezaron a meter en la
coctelera factores demográficos (como el nivel educativo o económico de la
madre) o los cuidados en el embarazo y el postparto (si la madre fumó en la
gestación o si le dio el pecho al niño), la balanza se fue poco a poco
equilibrando.
Es decir, los autores sugieren que en el
retraso cognitivo de estos niños no influye tanto la edad de su madre en el
embarazo, como toda una serie de factores demográficos. La ausencia de una figura paterna, no tener empleo, el tabaco en el
embarazo... factores todos ellos más
frecuentes en madres menores de 18 años. "Ser madre adolescente limita las
posibilidades de seguir estudiando y acceder a un empleo, y todo ello afecta al
desarrollo cognitivo de sus hijos", apuntan los autores.
Concretamente, las estadísticas mostraban
que las mujeres menores de 18 años tenían más posibilidades de iniciar el
control del embarazo pasada la semana 30 de gestación, sólo el 7% de ellas dio
el pecho a su bebé (frente al 41% de las de 30-34 años); además, dos tercios de
ellas tenían ingresos por debajo de las 10.000 libras anuales (frente al 9% de
las mayores de 30) y el 33% seguía viviendo con sus padres. A los nueve meses
del parto, el 52% de ellas no estaba casada ni vivía con el padre del niño.
El periódico elmundo.es 2013-10-17
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