El bebé mide entre 13 y 14
cm y pesa 150 gramos.
Debido al desarrollo de la musculatura de
la cara, el bebé puede hacer muecas e incluso bostezar. Sus
cuerdas vocales también están desarrolladas así como los huesos del oído
interno junto con las terminales nerviosas que lo conectan con el cerebro, así
que puede empezar a escuchar sonidos.
El corazón está dividido en cuatro cámaras (dos
aurículas y dos ventrículos) y cuatro válvulas (tricúspide, mitral, aortica y
pulmonar). Parte de la sangre de la aurícula derecha pasa directamente a
la aurícula izquierda a través de un agujero llamado el foramen oval, evitando
así el paso de esa sangre por los pulmones. En el momento del nacimiento, este
agujero se cierra.
Los pies y las piernas
están moldeados. En
su interior se visualizan sombras oscuras que corresponden a los centros de
osificación. Es decir, las porciones cartilaginosas que hasta el momento han
formado el esqueleto del bebé, se
transforman en tejido óseo. Estos centros de osificación crecen hacia los
extremos de los huesos y el cartílago también crece al mismo tiempo.
Es posible que por fin
empieces a sentir algunos movimientos del bebé porque empieza a patear y a mover sus manos con más fuerza. Si ya has
tenido un bebé, reconocerás esos movimientos enseguida. Si es tu primer
embarazo, quizás no
los notes hasta dentro de dos semanas. Sus ojos y orejas ya alcanzado su
ubicación definitiva en esta semana.
El
estómago empieza a funcionar: el bebé traga fluido del líquido amniótico para
ejercitar el aparato digestivo.
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