Las medidas del bebé están entre 15 y 16 cm y pesa 260 gramos.
Ya ha llegado la mitad de embarazo. A estas
alturas, tanto la forma como sus proporciones son parecidas a las que
presentará al nacer; en esta etapa los movimientos son fundamentales para que
no presente deformidades en las articulaciones ni en las extremidades. En la
capa más superficial de la piel, la epidermis, empiezan a aparecer los surcos característicos de cada persona en palmas
de las manos, dedos y plantas de los pies. Estas
arrugas o surcos epidérmicos vienen determinados genéticamente y son distintos
para cada persona.
La grasa también empieza a aparecer debajo
de la piel. Hace algunas semanas que las glándulas de la piel del bebé segregan
una sustancia blanquecina y pastosa llamada vérnix caseoso. Esta sustancia
protege la piel del bebé contra
la agresión del líquido
amniótico. Cuando el bebé nace, estará cubierto por este vérnix.
Durante la segunda mitad del embarazo, el
peso del bebé aumentará más de diez veces (unos 3 kilos).
El bebé puede oír a partir
de la semana 20 de embarazo. El
líquido amniótico que lo rodea distorsiona los sonidos (como cuando estamos
debajo del agua), pero aún así el bebé ya te puede escuchar. Puede reconocer
una música, el latir de su corazón o tu respiración. Además, percibe la luz, se
mueve, traga, orina, quizás comienza a tener memoria, etc.
Los pulmones y el tubo digestivo del bebé
están madurando. Su cerebro cuenta con 30.000 millones de neuronas y está desarrollando especialmente áreas destinadas a los sentidos del
gusto, el olfato, la audición, la visión y el tacto. Si es una niña, sus
ovarios ya cuentan con 6 veces más óvulos que al momento de nacer. Un millón de
óvulos aproximadamente, tiene una niña al momento de nacer.
El bebé ahora tiene cejas delgadas, pelo en
la cabeza y miembros muy bien desarrollados.
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