Las medidas del bebé están sobre los 35-37 cm y el peso se encuentra sobre 1.100-1.200 gramos.
El acúmulo progresivo de grasa bajo la piel
hace que, a estas alturas, el bebé tenga un aspecto más redondeado. El desarrollo del sistema nervioso central continúa y el
peso del cerebro aumenta. La superficie del cerebro ya no es lisa sino que
consta de surcos e indentaciones. Se establecen patrones de sueño y actividad,
que indican el desarrollo de su actividad cerebral.
Los movimientos fetales son más evidentes
ya que son más fuertes y frecuentes. Este desarrollo y también el del sentido
del oído, hace que empiece a familiarizarse con la voz materna. La reconoce,
incluso responde a ella, como lo puede hacer con la música. Hay estudios que confirman que si escucha una misma melodía una y otra
vez también puede reconocerla, incluso seguir su ritmo.
Su corteza cerebral se ha desarrollado
hasta tal punto que ¡puede empezar a albergar conocimiento!. Es más, en las
próximas semanas, su sistema nervioso estará tan avanzado como el del recién
nacido. Investigaciones recientes explican que, con la semana 28, el pequeño es
más consciente de lo que le rodea.
Esto ha demostrado que la memoria a largo
plazo funciona antes del nacimiento. Debes tener en cuenta que las canciones
pueden influir en su ánimo. Las de ritmos acelerados lo sobrestimularán, en
cambio, la música suave le relajará.
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