Las medidas del bebé están sobre los 39 cm y el peso se encuentra sobre 1.500 gramos.
El bebé a estas semanas empieza a ubicarse en la posición definitiva que tendrá al nacer. La
mayoría de los bebés se ubican con la cabeza hacia abajo, pero algunos deciden
no hacerlo, ya sea porque se acuerdan tarde de girar y el útero ya no lo
permite, o bien porque se hallan enredados con el cordón umbilical o el mismo
resulta corto, limitando su movilidad.
Los huesos ya están desarrollados, pero aún
son blandos y flexibles. Para dotarles de firmeza, el bebé comienza a almacenar
hierro, calcio y fósforo. En el sistema digestivo, el hígado, el estómago y el intestino van asumiendo progresivamente sus
funciones. El bebé ya puede diferenciar entre
sabores dulces y salados. En el sistema respiratorio, sigue aumentando el
número de bronquiolos respiratorios y alveolos, pero si por algo se caracteriza
la semana 30 de embarazo es por la maduración del sistema nervioso del bebé.
Con respecto a su sentido de la audición, el bebé empieza a escuchar mejor los
sonidos graves (baja frecuencia), como el latido cardiaco materno.
El pequeño sigue incrementando su peso, en
parte porque agrega nuevas capas de vérnix, la grasita que le ayudará a regular
su temperatura corporal, tiene la piel más tersa.
La mayoría de los bebés se ubican con la
cabeza hacia abajo, pero algunos deciden no hacerlo, ya sea porque se acuerdan
tarde de girar y el útero ya no lo permite, o bien porque se hallan enredados
con el cordón umbilical o el mismo resulta corto, limitando su movilidad.
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