domingo, 13 de octubre de 2013

Así han evolucionado las sillitas de bebé dentro del coche.

Cuando apareció el coche por primera vez, los niños eran metidos en pequeños sacos, que a su vez iban atados al propio vehículo. El objetivo era que los pequeños no se moviesen de sus asientos y permaneciesen tranquilos todo el viaje, evitando de esta manera incomodar al conductor.
En esta época, y debido tanto a la escasez de coches como a la reducida velocidad de éstos, la seguridad, tanto de grandes como pequeños, no era una auténtica preocupación.
No fue hasta 1930 cuando se creó la primera sillita de bebé pensando, una vez más, en conseguir que los niños se quedasen quietos durante la marcha. A pesar de que durante estos años comenzaba a pensarse cada vez más en la seguridad del conductor, creando los primeros cinturones, el objetivo de la silla para bebé no buscaba más que comodidad para el resto de pasajeros, evitando que el pequeño molestase.
Este sistema se mantuvo durante los siguientes 30 años, hasta que en la década de 1960 un diseñador suizo comenzó las primeras investigaciones con el fin de garantizar una mayor protección de los niños en caso de colisión. El primer modelo resultó ser un fracaso absoluto, ya que la sociedad no tenía aún conciencia de los peligros reales que entrañaba la carretera y las posibles consecuencias, por lo que sus ventas fueron muy escasas.
En 1970 comenzó una campaña masiva de información social a nivel internacional en la que se pretendía explicar por qué las sillitas eran un accesorio recomendable para todos aquellos que tuviesen niños pequeños. No se trató únicamente de una actividad de las empresas fabricantes de sillas de seguridad, sino que asociaciones de padres y entidades médicas se aliaron para trasladar sus ideas al público.
Estas acciones, unidas a las regulaciones específicas que los gobiernos comenzaron a elaborar al respecto, dieron sus frutos, y desde 1985 el número de padres que compran sillitas para sus bebés no ha dejado de crecer.
Los fabricantes invierten sus esfuerzos, año tras año, en obtener sillas de mejor calidad que mantengan lo más seguros posible a los niños, por eso es importante que los padres sean conscientes de estos avances, eligiendo la mejor silla a su disposición, ya que aún es elevado el número de muertos en accidentes porque no usaban la protección correcta. Sólo en 2011, 42 niños de entre 0 y 14 años perdió la vida en las carreteras españolas.
El uso de las sillitas, incluso en trayectos cortos y a baja velocidad, y su correcta instalación son dos de los mayores problemas con los que las organizaciones se enfrentan, ya que aún quedan familias que ponen poco cuidado al respecto. De esta forma, las campañas de sensibilización que se desarrollaron en la década de los 70 se mantienen casi en su totalidad en la actualidad, ya que con los pequeños toda precaución es poca.

El periódico abc.es 2013-10-13

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