Muchos
son los estudios sobre el ritmo circadiano, regulado por las horas de sol, la
temperatura y otros factores. Pero poco se conoce sobre cómo nuestros tejidos están
involucrados en esos ciclos internos.
"Hace
un par de años publicamos un artículo en el que describíamos que las células
madre de la piel de ratón tenían vinculada su función al ritmo circadiano. Ese
estudio distinguía entre el día y la noche. Pero ahora hemos comprobado, en
piel humana, que las células tienen un reloj interno que le dice casi exactamente qué hora
es y que, además,
eso determina su función en cada momento", afirma Salvador Aznar Benitah,
del Instituto de Investigación en Biomedicina (IRB Barcelona) y principal autor
del estudio pubicado en la revista “Cell Stem Cell”.
Lo han
comprobado en el laboratorio analizando, cada cinco horas dos días
consecutivos, el ARN de cultivos de piel humana. "La célula a partir de las 10 de la mañana se tiene que preparar fuertemente contra
la luz ultravioleta,
mediante la expresión de un número de genes que tienen función protectora
frente a la radiación ultravioleta, también captan pigmentos de melanocitos que
la célula madre de la piel coge para protegerse, como si se pusiera un
protector, y prepara su maquinaria de reparación del ADN por si hubiera un
fallo", explica Aznar.
Pero esa
actividad cambia por completo cuando llega la tarde,
ya que la radiación no es tan fuerte y la célula no necesita emplear tanta
energía en esa tarea. "Por la tarde las células se duplican y por la noche se diferencian.
Porque todos los días perdemos células de la piel y por la noche se le da al
tejido nuevas células, para empezar de nuevo el ciclo. Es una cosa fascinante,
tener una maquinaria tan exacta que, cada cuatro o cinco horas, cambia su
funcionalidad", señala este investigador.
El periódico Elmundo.es 2013-10-11
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