Son
contracciones uterinas que se dan en el postparto (durante la semana siguiente
de dar a luz) y que tienen como objetivo que el útero recupere la forma que
tenía antes del embarazo y contraer la matriz para que cierre los vasos
sangrantes. Por lo que son muy importantes y necesarios. Lo mejor para que se
produzcan es dar de mamar al bebé, ya que se segrega oxitocina que provoca las
contracciones uterinas. Son más dolorosas en las mujeres con cesaría o que han
tenido un embarazo múltiple (dos o más), también en las mamás más veteranas, ya
que el útero está más blando por los anteriores embarazos y necesita más fuerza
para contraerse.
También es importante que los primeros días
no retengáis mucha orina, ya que la vejiga distendida obstaculiza el cierre de
los vasos y podéis sangrar más.
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