Las medidas del bebé están
entre 10 y 11 cm y pesa unos 50 gramos.
La estructura ósea y muscular del bebé sigue desarrollándose, y los huesos son cada vez más densos porque cada vez tienen más calcio. Pero todavía en su mayor parte son
cartílago.. Esto hace que los huesos sean realmente elásticos, muchísimo más
que los de un niño o un adulto. Esto no sólo sucede en los huesos, también las
articulaciones son como “de goma” y muchos de los tejidos fetales se pueden
estirar y deformar sin sufrir consecuencias mucho más de lo que harán en el
futuro. En realidad se trata de un gran mecanismo de protección de cara al parto .
Otra curiosidad es la capacidad del bebé de cerrar heridas de forma
rapidísima y sin cicatriz. Esto es especialmente
cierto en la primera mitad del embarazo. Más adelante, el bebé irá perdiendo esa capacidad y ya en el tercer trimestre si
sufriese una herida ya tendrá cicatriz, aunque siempre mucho menor que la de un
niño o adulto.
La piel del bebé se recubre de un vello
suave y delgado llamado lanugo, el cual desaparecerá casi por completo antes
del nacimiento. En esta etapa algunos bebés se chupan el dedo. El niño sigue creciendo. El cuello se alarga y la cabeza no está tan
doblada hacia el pecho.
Sus desplazamientos empiezan a ser amplios,
ya que el líquido amniótico que rodea al feto se lo permite. De esta forma, a partir de esta semana, el feto empieza a ejercitar sus músculos. El desarrollo de los músculos también continúa y es probable que el
bebé esté realizando muchos movimientos con la cabeza, la boca, los brazos, las
muñecas, las manos, las piernas y los pies.
Continúa
el crecimiento de vello de las cejas y la cabeza. Las orejas del bebé casi han
llegado a su posición final, aunque todavía se encuentran un poco bajas en la
cabeza.
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