El bebé mide entre 19
y 20 cm y su peso es de 350 gramos.
A nivel de la cara ya están formados los párpados y las cejas, aunque aún faltan
las pestañas y además, aún los párpados están fusionados por lo que el bebé no puede abrir los ojos. Tiene uñas. En estas semanas, el sistema límbico está en pleno
desarrollo; esta estructura que está en el cerebro será la encargada de
controlar las emociones y los sentimientos. Esto le permitirá tener cambios en
el estado de ánimo en las próximas semanas.
El hígado empieza a funcionar hacia la semana 10 del embarazo. Pero su capacidad
para metabolizar la bilirrubina y producir bilis (la encargada de digerir los
alimentos) no comienza hasta un poco antes del nacimiento. Por eso, los niños
prematuros tienen más predisposición a ponerse amarillos (la llamada ictericia),
ya que su hígado aún es inmaduro para metabolizar la bilirrubina que se
encuentra con niveles aumentados en su sangre.
La piel delgada y rojiza del bebé está
cubierta por una sustancia gruesa, blanca y cerosa llamada vermix o unto
sebáceo. Ésta protege la piel del bebé contra las sustancias del líquido
amniótico.
A partir de las 22 semanas de embarazo, el bebé empieza a desarrollar sus sentidos, especialmente el tacto y el
gusto.
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