sábado, 12 de octubre de 2013

Semana 11.

El bebé pasa de 40 a 60 mm y pesa unos 8-9 gramos.
En estas semanas la transformación es espectacular. Se ha producido la metamorfosis, el embrión ha aumentado 5 veces de tamaño, 200 células han tomado posiciones y algunos músculos y nervios se mueven. Tiene hígado, riñones y un estómago del tamaño de un granito de arroz.
Se pueden ver sus vasos sanguíneos gracias a que su piel es todavía transparente. Sus huesos ya empienzan a endurecerse. Sus dedos están separados y pronto será capaz de abrir y cerrar sus puños. Ya da patadas y se estira, sus movimientos son fluidos.  Conforme su cuerpo crezca, sus movimientos aumentarán.
Como su diafragma se ha desarrollado, puede comenzar a hipar, aunque tú aún no lo notes hasta la semana 16ª o 20ª.
El feto puede empezará desarrollar uno de sus reflejos ya en la semana 11. Comenzará a mover las piernas y rebotará y saltará en las paredes del útero. Se trata del “reflejo patelar”, un recurso biológico que nos programa para andar.
Aunque la cabeza aún es muy grande en relación con el cuerpo, este se va alargando y se va diferenciando la zona de la barbilla y el cuello. Aun así, la cabeza es un tercio del largo del cuerpo.
 Los movimientos son reflejos, pero cada vez de mayor complejidad. Por ejemplo, el feto empieza a deglutir de forma regular y a pasar líquido al sistema digestivo, que está en pleno desarrollo. Excepto el cerebro, la mayoría de órganos están formados “por fuera”. Esto quiere decir que su aspecto ya es casi el mismo que tendrán el resto de su vida, pero en su interior todavía sucederán cambios hasta que estén preparados para funcionar fuera del útero. Pero algunos van más rápido que otros.
Por ejemplo, desde las 8 semanas los riñones han iniciado ya la producción propia de orina. Esto es necesario para garantizar el líquido amniótico. En las primeras semanas, el líquido que rodea al bebé procedía de una filtración a través de las membranas. Pero este mecanismo ya no garantiza las cantidades que hacen falta para rodear al feto, cada vez más grande. Los riñones son una fuente más importante de líquido, y en poco tiempo casi todo el liquido amniótico será orina fetal. 
Cerca de la semana 11 de embarazo, el bebé empieza a generar sus propios glóbulos rojos..

En el caso de tener un hijo varón, esta semana sus testículos comenzarán a producir la hormona masculina testosterona.

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